Corria el año 1884 y habían
pasado trece años desde el final de la guerra franco-prusiana, cuando la
municipalidad de Calais retomó un proyecto postergado: la creación de un
monumento en homenaje a los seis ciudadanos que ofrecieron sus vidas, para terminar
con el sitio de la ciudad en 1347, apenas diez años de iniciada la Guerra de
los Cien Años.
Varios meses más tarde, Auguste Rodin fue el artista que recibió y aceptó el encargo. Después de definir la maqueta final, desarrolló las figuras por separado, para lo que llevó a cabo incontables bocetos probando distintas alturas y escalas, como también distintas posturas que plasmaran un estado emocional que transmitiera desesperación, angustia y dolor.
Maestro del concepto acerca de
que la escultura debe imitar a la vida a través de la amplificación y exageración
del todo, sorprendió primero plantando la escultura al ras del piso y después,
logrando plasmar en los individuos que la componen, el desconsuelo y la
desolación, a través de manos crispadas, gritos contenidos, caras estremecidas
y cuerpos extremadamente flacos.
La escultura estuvo lista en
1888, y a pesar de que el escultor ya gozaba de una buena fama, la obra fue
inaugurada recién en 1895. No era lo que
los Concejales esperaban para exaltar el espíritu patriótico: Los héroes
presentaban sus características más humanas ante el sacrificio que ¿estaban?
dispuestos a cumplir.
Durante toda su carrera,
Rodin, fue siempre un artista muy discutido.
Considerado hoy, el padre de la escultura moderna, sus trabajos se
rebelaron desde un principio contra los cánones de belleza que el arte en la
cultura occidental – hasta ese momento - solo debía considerar. Y a su regreso de Italia, en 1877, comienza a
manifestarse en sus trabajos, la importancia del gesto, algo que también
constituye su firma.
La guerra de los cien años
Eduardo III de Inglaterra,
inicia un reclamo sobre el trono vacante en Francia a raíz de la extinción de
la Dinastía Capeto. Los franceses,
encontraban – además de no querer depender de Inglaterra – que la casa Valois
adquiría mayores derechos, a dicho reclamo.
La Ley Sálica – por la que el
acceso al trono se transmite únicamente a los hijos varones, salteando a las
mujeres – que mantenía plena vigencia entre los franceses, justificaba los
derechos de Felipe VI por encima de los de Eduardo, que los reclamaba a través
de su madre. No obstante los reyes de
Inglaterra por casi nueve generaciones descendieron de Normandos y Aquitanos y
habían mantenido el imperio angevino durante los siglos XII y XIII, y ahora no
estaban dispuestos a ceder otra vez, pagando honores a un rey “usurpador”.
Imperio Argevino. Los terrirorios franceses tributaban impuestos al Rey de Francia, no obstante pertenecían al Rey de Inglaterra |
La guerra finaliza después de
que la suerte fuera alternando hacia uno y otro bando, los ingleses pierden el
apoyo de Borgoña y Carlos VII recoge el fruto de sus reformas militares,
echando a los últimos ingleses de Normandía y Aquitania, más preocupados por la
tensión entre la Casa de Lancaster y la
de York, que en breve iniciaría la Guerra de las Dos Rosas.
Sitio de Calais
A pesar de su triunfo en la
batalla de Crécy, en 1346, con la que Plantagenet recuperó Normandía, el ejército
inglés tenía dificultades tanto para su abastecimiento como para renovar
refuerzos sin la ayuda de Flandes. Esto
hacía que la plaza de Calais, resultara estratégica para sus intereses.
Calais tenía puerto, estaba
ubicada sobre el canal de La Mancha, justamente en el tramo donde se minimiza
la distancia entre la isla y el continente, sus construcciones eran sólidas con
no más de cien años de vida, altamente fortificada, rodeada de una zona
pantanosa, lo que la hacía muy defendible y al mismo tiempo muy difícil de
abordarla.
Luego de varios intentos de los ingleses por tomar la ciudad – no lo lograron ni con cañones y catapultas y tampoco pudieron asaltar los muros con las escaleras largas – y varios intentos franceses por echar a los ingleses, la situación se encontraba estancada. Gracias a marinos genoveses aliados a Francia la ciudad todavía conseguía abastecerse. Fue entonces que, promediando el invierno, en febrero de 1347, Eduardo optó por dejar morir hambre a la población en caso de que no se rindieran. Así para el mes de agosto, las reservas de agua y comida eran exiguas. En septiembre un cargamento de víveres fue interceptado por los ingleses y la ciudad tomo la decisión de permitir que ancianos y niños salieran de ella hacia el interior del país donde reubicándose encontrarían alimento y un mejor pasar, y de esa manera racionalizar mejor los recursos para los adultos que debían permanecer en ella para defenderla. Pero la crueldad del Rey Inglés, hizo que no les permitieran el paso, pereciendo unos quinientas personas a las puertas de la ciudad.
Con la retirada de las tropas
de Felipe altamente mermadas, el Alcalde de la Ciudad ofreció la capitulación a
condición de respetar la libertad de la población. Eduardo estalló de indignación frente a la
propuesta, considerando lo que le había costado en hombres, tiempo y dinero y
la imposibilidad de recursos del oponente.
Su propio Consejo de Guerra le hizo notar que la posibilidad de
conseguir ya el objetivo militar, valía la gracia, ya que de todas maneras solo
se trataba de vasallos de un rey, que había cumplido con su deber.
La contrapropuesta de Eduardo
fue que perdonaría a toda la población si seis ciudadanos ilustres, en nombre
de todos, portando las llaves de la ciudad se rindieran ante él, descalzos, vestidos con
un camisón y una soga amarrada a sus
cuellos.
Y siguiendo las Crónicas de Jean Froissart (1337-1405) – que recoge
Wikipedia -
“El alcalde de Calais hizo
sonar las campanas y reunió a los habitantes en la plaza para comunicar las
condiciones del rey inglés. La población recibió la orden con un gemido y los
concurrentes rompieron en llanto. Al poco tiempo, sin embargo, uno de los
hombres más ricos de la ciudad, Eustache
de Saint-Pierre, se levantó y dijo:
-
Monsieur,
sería una gran desgracia permitir que esta gente muera de hambre si podemos
encontrar una alternativa. Estoy convencido de que cumpliría la voluntad de mi
Dios si me ofreciera por estas personas y me entregara así como el primero en
salir descalzo y con la cabeza descubierta, vestido en camisa y con una soga
alrededor de mi cuello y me entregara a la voluntad del rey inglés.
Finalmente otros cinco de los ciudadanos prominentes le hicieron
compañía: Jacques y Pierre de Wissant, Jean de Vienne, Andrieu d'Andres y Jean
d'Aire. Se vistieron según los deseos del rey y fueron escoltados por la ciudad
hasta sus puertas, donde se despidieron de la multitud afligida de hombres,
mujeres y niños. Se abrieron las puertas y el alcalde salió con sus seis ciudadanos y cerró la puerta nuevamente. De
ahí acompañó al grupo hasta el campamento inglés y los dejó.
Los ingleses llevaron a los hombres frente a la tienda del rey Eduardo,
donde cayeron de rodillas y le entregaron las llaves de la ciudad. El rey los
miró con inquina y en silencio por un largo rato antes de dar la orden de que
los colgaran. Uno de los caballeros que se encontraba cerca tomó entonces la
palabra:
-
Mi buen
rey, os suplico contenga vuestra ira. Vuestra reputación habla de un corazón
noble. No permita que un suceso como éste la avergüence o permita que nadie
pueda hablar mal de vos. Todo el mundo podría decir que vos se porta con
crueldad si condena a muerte a seis hombres nobles quienes, por su propia
voluntad, se ofrecieron a vuestra voluntad para salvar a sus ciudadanos.
La ira del rey aumentó cuando sus propios caballeros le señalaron el
heroísmo de los burgueses y con un gesto hizo salir al caballero. Entonces su
esposa, Felipa de Henao, se le acercó llorando y suplicó:
-
Mi buen
señor, desde que crucé el mar con gran peligro para encontrarme con vos, nunca
os he pedido un favor. Ahora os pido, como la más humilde de las ofrendas, por
el Hijo y la Santa Madre y por vuestro amor a mí, respete la vida de estos seis
hombres.
El rey la miró en silencio por un corto tiempo y dijo:
-
Oh, Lady,
deseo que estuvieras en algún otro lugar que no éste. Me has suplicado de tal
forma que no puedo negarme: Os los entrego, haz con ellos lo que quieras.
Felipa les retiró enseguida las sogas y los llevó a sus aposentos,
donde les ofreció ropajes y una cena. Luego los proveyó de dinero y los condujo
en secreto. Pronto se encontraron en diferentes ciudades de Picardía.
Los habitantes de Calais se dirigieron luego a territorio francés, los
más ricos tras pagar un rescate.
Desde septiembre de 1347, Calais
se mantuvo bajo el control inglés hasta 1558, de esa manera tuvieron ellos y
sus aliados una importante base para atacar Francia en distintas
oportunidades. La Guerra de los Cien
años finalizó en 1453.
Fuentes
Biografías y Vidas. Auguste Rodin
Wikipedia – Auguste Rodin
Wikipedia – Los Burgueses de Calais –
Escultura de Rodin
Wikipedia - Guerra de los Cien Años
Wikipedia - Sitio de Calais
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