Se conmemora hoy, 23 de abril, los cuatrocientos años de
la muerte de William Shakespeare, otro grande del teatro y la literatura de su
época y de todos los tiempos. No
obstante el calendario inglés – Juliano – para el año 1616 difería en varios
días del calendario que se usaba en el resto de Europa – Gregoriano –, que es el calendario que maneja el mundo hoy. Con lo cual sabemos que no es realmente
cierto que Cervantes y Shakespeare hayan muerto en el mismo día, como durante
mucho tiempo se decía, pero seguramente si con una diferencia máxima de una
semana o diez días.
Poco es lo que se sabe de los primeros años del Autor. Vino al mundo en el seno de una acomodada
familia cristiana católica, cinco años después de que Isabel I exigiera la
conversión al anglicismo. Su madre
provenía de la aristocracia y su padre era un exitoso comerciante y luego
funcionario. Pero se vio envuelto en un
confuso episodio de comercio de lana ilegal a los pocos años de su
nacimiento. Este se fija por
aproximación a la fecha de bautismo - que según la usanza de la época se hacía a
los pocos días de dar a luz la madre - el 26 de abril de 1564, en
Stratford-Upon-Avon.
A los dieciocho años se casa con Anne Hathaway, ocho años
mayor que él y encinta de tres meses. No tuvo un buen matrimonio pero lo llevó adelante hasta
sus últimos días. No están claros los
sucesos de los últimos años de la década de los ochenta ni porque se mudó a
Londres, pero en los primeros tuvo tres hijos, dos niñas, Susanna y Judith y un
varón, mellizo de la segunda, Hamnet, que falleció a los once años de edad.
Ya en 1592, se lo puede ubicar como actor de la compañía
de Lord Chamberlain´s Men, cuyo mecenas era el mismísimo Lord, de la que llegó
a ser copropietario. Más tarde cuando su
mecenas fue el Rey Jacobo I, cambio su nombre a King´s Men, y fue propietaria
de dos teatros, The Globe y Blackfriars.
Mucho se ha discutido sobre la autenticidad de sus
escritos. En la Inglaterra de esa época
los autores vendían sus obras a las Compañías, y no cobraban derechos de autor
por sus representaciones; quizás algún librero publicara el guión varios años después,
si este tenía alguna expectativa comercial.
Solo de esa manera trascendía su nombre.
Por otro lado las Compañìas que los compraban los adaptaban a su medida,
y no siempre los actores respetaban los textos.
Edward De Vere |
Sus obras guardan un nivel de conocimiento esperables en
una persona muy culta y dado sus orígenes, muchos no creen que hubiera
alcanzado semejante grado de educación. Sabemos
por un amigo suyo, también autor, Ben Jonson, que se lamentaba que Shakespeare tuviera
un escaso latín y aún menos griego. Aún
así muchas de sus piezas son reescrituras de textos clásicos o eruditos o sino
de alguna manera abrevan en ellos. En algún momento se pensó que el mismo Lord, decimoséptimo
conde de Oxford, Edward de Vere era el autor oculto tras William
Shakespeare. Otros candidatos fueron
Francis Bacon – Vizconde de Saint Albans, canciller, filòsofo y abogado – y Christopher
Marlowe – otro excelente autor del teatro victoriano, con una vida marginal
carente de límites, posiblemente espía, cuya muerte temprana, podría haber sido
fingida.
Francis Bacon Christopher Marlowe
Ya en ese momento un crítico que no lo quería, Robert
Green, lo llama despectivamente, haciendo un juego de palabras con su apellido,
el “sacude escenas”, shake-scene, y dice que es “un arribista, embellecido con nuestras plumas, que con su corazón de
tigre envuelto en piel de comediantes se cree capaz de impresionar con un verso
blanco como el mejor de vosotros”.
Pero lo cierto es que independientemente de que haya sido
un solo autor o varios, quienes originaron sus escritos, la obra reconocida
como propia es de un exquisito manejo del idioma y de una sensibilidad insuperable
hacia el conflicto del hombre, tanto es así que Harold Bloom, un renombrado
crìtico y profesor universitario norteamericano de este siglo, lo define como “el
inventor de lo humano”, tal así el nombre de su libro en el que lleva adelante
una exégesis de cada una de sus obras.
También su orientación sexual ha sido puesta en duda,
debido al contenido de algunos de sus poemas – en el que pudo tomar un rol artístico
no necesariamente autobiográfico – y al lugar en el que deja a su mujer en
varias oportunidades, como por ejemplo en su testamento en el que le deja su
segunda mejor cama – quizás vinculado a su mala relación con ella.
Se sabe que ganó mucho dinero con el teatro, tanto que le
permitió asociarse al dueño de la Compañía, comprarse una casa en su pueblo e
invertir en salas teatrales, algo inaudito hasta ese momento.
A su obra teatral suele dividírsela a los fines de su
estudio en cuatro grandes áreas: Las Comedias, Las Comedias Oscuras, Las
Tragedias y Los Dramas Históricos.
Su talento se basaba en la capacidad para otorgar nueva
vida a algo viejo. Tomaba historias preexistentes
y las reinventaba.
Sus Dramas Históricos afianzaron a la dinastía Tudor que
había tomado el poder hacia doscientos años, y señalaba también la
desgracia que produce la guerra civil.
Sus tramas se desarrollan en varios niveles. Lo trágico y lo cómico se mezclan tanto en sus
tragedias como en sus comedias oscuras, incluyendo a veces lo sobrenatural y lo fantástico. A diferencia de los clásicos, son los errores
de los hombres los que hacen que se inicien sus infortunios. Utiliza la figura del bufón para hacer
críticas o decir verdades que se tornan irrelevantes por el carácter invocado
de quien las dice.
Para sus comedias, utiliza los juegos de palabras, las
confusiones, los enredos, el travestismo, el manejo del erotismo, el contraste
entre personajes de distinto estrato social, para finalmente reparar la
carencia o recuperar lo perdido.
Maneja el idioma inglés como ninguno, y utiliza todos los
recursos del teatro barroco. Sus textos
permanecieron en el olvido o representados solo en Inglaterra hasta su puesta
en valor a mediados del siglo XVIII por Gotthold Ephraim Lessing, cuando lo
hizo traducir al alemán, para ofrecerlo en el Teatro Nacional de Hamburgo.
OBRA:
Las Comedias:
“Los Dos Caballeros de
Verona”, “La Fierecilla Domada ”, “La Comedia de los Errores”, “Trabajos de
Amor Perdidos”, “Sueño de una Noche de Verano”, “El Mercader de Venecia”, “Las
Alegres Comadres de Windsor”, “Mucho Ruido y Pocas Nueces”, “Como Gusteis”, “Noche
de Reyes”
Las Comedias Oscuras:
“Troilo y Crésida”, “Bien
Está lo que Bien Acaba”, “Medida por Medida”, “Pericles, Príncipe de Tiro”, “Cimbelino”,
“Cuento de Invierno”, “La Tempestad”, “Los Dos Nobles Parientes”
Las Tragedias:
“Tito Andrónico”, “Romeo
y Julieta”, “Julio Cesar”, “Hamlet”, “Otello”, “Rey Lear”, “Macbeth”, “Antonio
y Cleopatra”, “Coriolano”, “Timón de Atenas”.
Los Dramas Históricos:
“Enrique VI, Primera Parte”; “Enrique VI, Segunda parte”;
“Enrique VI, Tercera Parte”; “Ricardo III”; “Rey Juan”; “Ricardo II”, “Enrique
IV, Primera Parte”; “Enrique IV, Segunda Parte”; “Enrique V”; “Enrique VIII”
Recientemente se ha reconocido como obra del Autor,
Eduardo III, y la investigadora argentina Mónica Maffia luego de seis años de
bregar por un original verificado pudo, publicar su traducción al castellano.
El Libro acompaña también la obra en inglés.
Permanece perdida “Cardenio”, una obra basada en un
capitulo o personaje del Quijote de la Mancha, que fue representado dos veces
ante la Corte Inglesa, y que podría haberse perdido con el incendio del Teatro
Del Globo
Y su obra poética:
“Venus y Adonis”, “La Violación de Lucrecia”; “Sonetos”
Fuente
Wikipedia
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