Nace en la península de
Crimea, en la ciudad de Taganrog, el 17 de enero de 1860 y muere a la temprana
edad de cuarenta y cuatro años víctima de la tuberculosis, el 2 de julio de
1904 en la pequeña ciudad de Badenweiler, en el Imperio Alemán.
De profesión médico, mundialmente
reconocido por sus cuentos y novelas, que durante el tiempo de sus estudios le
permitió ganarse la vida, se confiesa apasionado por el teatro, a pesar que este
no siempre lo trató cómo verdaderamente se merecía.
Su padre, Pável
Yegórovich Chéjov, comerciante de telas, era también director del coro de la
parroquia y devoto cristiano ortodoxo, que educó a sus hijos en el marco de una
estricta disciplina. Su madre, dedicada
a la casa, entretenía a sus hijos contándoles cuentos, principalmente las
historias de viajes junto a su padre cuando lo acompañaba haciendo los
corretajes de telas. Antón era el
tercero de seis hermanos y era frecuente que jugaran ya de niños a hacer teatro
con obras que escribía y dirigía para mostrarlas en el marco familiar.
Luego de que el negocio
de su padre quebrara, emigraron a Moscú, donde para ayudar a su familia comenzó
a escribir relatos humorísticos breves y caricaturas de la vida, para semanarios
y periódicos, que le valieron la fama de “excelente cronista de la vida rusa” y
que le exigieron continuar la actividad literaria conjuntamente con su
profesión de médico.
Su fama como cuentista (para
seguirla recomendamos su lectura directamente de http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/chejov.htm)
le permitió hacer circular sus primeras obras de teatro que no fueron bien
recibidas por la comunidad teatral. Las
críticas que le hacían eran que eran “obras raras, monótonas, sin desarrollo
dramático, con personajes que hacen disparates, lloran y dicen banalidades con
aires de importancia”. No obstante se
estrena en el Teatro Imperial de Sanpetersburgo La Gaviota, con un fracaso
rotundo, que llevo a Chejov a decidir no escribir teatro nunca más.
Ese mismo año, Vladimir
Nemiróvich Dánchenko, uno de los directores de la compañía del Teatro de Arte de Moscú, gana el premio Griboyédov,
un galardón que se otorgaba en forma anual a la mejor obra teatral rusa, con “El
Valor de la Vida”, se niega a recibirlo por considerar que la obra de Chejov
era la mejor.
Es Dánchenko el único que
lo rescata del fracaso y lo convence, no con poca facilidad, de reestrenar La
Gaviota en Moscú con su Compañía. Ni
siquiera Stanislavski creía en él, al punto de decir que sus obras eran
imposibles de representar, había que ser como el personaje para encarnarlas: “Hay
que ser así”. (Paradójicamente, la llave
del trabajo pedagógico que en esas épocas desarrollaría).
Sus obras eran
sencillas pero no Naturalistas, sino Realistas.
Se propone contar la
verdad de la vida, donde la gente hace su vida como es, llena de momentos
cotidianos mientras el proceso conflictivo se procesa por dentro, ya que “todo
sentido y todo el drama del hombre se encuentran en su interior y no en sus manifestaciones
exteriores”. Considera que el drama se
desarrolla continuamente e irrumpe en la superficie en contadas
oportunidades. Por eso sus personajes
llevan adelante diálogos simples, sin intriga, porque para él una intriga bien
armada y bien resuelta, no resulta de su interés, ya que no es así la vida. Porque los hombres no hacen actos heroicos a
cada momento.
Son las acciones
cotidianas las que manifiestan nuestra personalidad por eso sus personajes
principales revelan su carácter y estado de ánimo frente a los personajes
secundarios y estos a su vez lo hacen también pero en cinco o seis frases, que
es lo que frecuentemente dura su participación, sin romper la estructura, el
ritmo, el clima ni cambiar el sentido de la obra.
Su procedimiento incluye
el uso de las pausas. Quitando la palabra y permitiendo que el silencio sea
cubierto por un cúmulo de significados mucho más amplio que el de una palabra. Obligando
al actor a actuar el silencio, obligando al personaje a vivirlo. Y se completa con las intervenciones sonoras
que intesifican los climas y revelan la vida más allá de la escena.
Luego de repetidos
éxitos en el Teatro de Arte de Moscú, disfrutaba de participar de ensayos y como de colaborar en las decisiones del diseño
de arte para las obras y la elección de repertorios. Los actores le pedían consejos para la
construcción de los personajes que él contestaba con respuestas escuetas y
desconcertantes. Opinaba sobre la obra y
sobre los personajes, pero nunca sobra la actuación de los actores. Cambiaba diálogos a partir de lo que veía sobre
el escenario y se lo recuerda por las risas estentóreas que le provocaban las
buenas actuaciones.
Escribió para ellos Tio
Vania, Las Tres Hermanas y El jardín de los Cerezos, que junto con La Gaviota,
forman el conjunto de las obras más conocidas e importantes de su producción
teatral.
En 1904 muy enfermo se
traslada al spa de Badenweiler en la Selva Negra, junto con su mujer Olga
Knipper, una actriz del Teatro de Arte de Moscú, pese a todo en la correspondencia que mantenía con su hermana se mostraba
animado y aseguraba que se estaba recuperando.
Tras su fallecimiento fue trasladado a Moscú en un vagón de carga que se
usaba para trasportar ostras, hecho que indignó a Máximo Gorki.
A pesar de su fama en
Rusia, su reconocimiento internacional se produjo luego de la primera guerra
mundial.
Obra Teatral
Platónov, obra en cuatro actos
Sobre El Daño Que Hace El Tabaco – monólogo
en un acto
Ivánov – cuatro actos, gran éxito de escenaEl Oso – comedia de un acto
El Pedido De Mano – comedia en un acto
El Casamiento, – escena en un acto
El demonio del bosque – comedia en cuatro actos
Tatiana Répina – drama en un acto
El Aniversario – comedia en un acto
La gaviota, – Comedia en cuatro actos
Tío Vania – obra bucólica en cuatro actos
Las tres hermanas – drama en cuatro actos
El jardín de los cerezos – pieza en cuatro actos
Un Trágico A Pesar Suyo – humorada en un acto
El Canto Del Cisne – estudio dramático en un acto
EL Camino Real – estudio dramático en un acto
Fuentes:
Prologo de Galina Tolmacheva - Anton Chejov Teatro Completo
Buenos Aires - Adiana Hidalgo Editores - 2009
ISBN 978-987-9396-87-2
Wikipedia
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