Nacido un 31 de diciembre de 1878, en la ciudad
uruguaya de Salto, Horacio Sylvestre Quiroga, fue un escritor que supo destacarse por la calidad de sus
cuentos, aunque tuvo sus incursiones en la poesía, la novela y el teatro. Fue también periodista, docente, fotógrafo,
empresario rural, funcionario público para los gobiernos de Argentina y de
Uruguay. Supo participar del mundo de
las letras en ambos países siendo miembro fundador de varias organizaciones de
actores de la cultura, también a ambos lados del Plata, como la Sociedad
Argentina de Escritores o la Sociedad de Ciclistas de Salto, entre otras.
Bisnieto por línea paterna de Facundo Quiroga, tuvo
una vida signada por la fatalidad y el suicidio.
Su padre, Argentino Prudencio, falleció de un
disparo accidental de su escopeta regresando de una jornada de caza, cuando el
contaba apenas dos meses de vida. A los
cuatro años su madre, Pastora Forteza se casó con Mario Barcos, su padre de crianza,
quien doce años más tarde sufrío un derrame cerebral y no soportando la vida
que llevaba, se suicidó de un disparo en la boca, con una escopeta manejada con
el pie, justo cuando Horacio, de dieciocho años, entraba en la habitación. Cinco años más tarde sus hermanos, Prudencio
y Pastora, fallecen de fiebre tifoidea en el Chaco. También en ese año de 1901, muere en sus
brazos, su amigo y colega, Federico Ferrando, quien lo había elegido de padrino
para batirse a duelo con un periodista crítico de arte, Germán Papini Zas, que
denostaba sus publicaciones. Limpiando
el arma que usaría Federico, se dispara accidentalmente una bala. La policía lo libera luego de cuatro días,
cuando se comprueba la accidentalidad del hecho. En 1915 su primera esposa, Ana María Cires, se
suicida en Misiones, ingiriendo liquido de revelado fotográfico, lo que hace
que su agonía fuera tormentosa. El
mismo se suicida en 1937, bebiendo un frasco de cianuro en el hospital de
clínicas de Buenos Aires, donde estaba internado para tratarse un cáncer de
próstata. Dos años más tarde se suicida su amigo, Leopoldo Lugones. Los hijos de su primer matrimonio, Eglé – un
años después – y Darío – en 1952 – también se suicidaron.
Visitó la selva, acompañando como fotógrafo a
Leopoldo Lugones que iba a hacer un estudio sobre las misiones jesuíticas,
encargado por el ministerio de educación argentino. Se enamoró.
Tuvo dos matrimonios, y a ambas esposas las llevo a vivir a la espesura
misionera. Intentó una explotación yerbatera que no funcionó, y que abandonó
luego del suicidio de Cires, su primera mujer doce años menor que él. Trece años más tarde se casaría con Maria
Elena Bravo, treinta y tres años menor que el, que le dio una hija, Maria Helena,
aunque el matrimonio tampoco funcionó, ya que ella no soportaba la vida en la
selva, y lo abandono un tiempo antes de que se enteraran de que había comenzado
a sufrir una enfermedad fatal.
ilustracion de Manuel Marsol para LA VIDA INTENSA icnluida en El Hombre Muerto y otros cuentos de Editorial El Angel Caído. |
Tuvo varios amores a lo largo de su vida, en donde la diferencia de edad o la diferencia religiosa, impidieron que prosperaran. Pero a todas sus experiencias supo ficcionarlas en su literatura con una prosa enrolada en el modernismo: lugares exóticos, lenguaje culto, contraste entre el pesimismo y la vitalidad, rondando temas como la desazón y el hastío, la incomprensión, la melancolía y la búsqueda de la soledad, la exaltación de la mujer, la pureza del amor, aunque no sin cierto erotismo. Fue comparado con Poe, de quien se sentía influenciado, por lo oscuro de sus relatos, y con Ibsen por la psicología de sus personajes
Ya desde joven mostraba interés en la literatura, la fotografía, la filosofía y la vida de campo. Su formación en el Instituto Politécnico de Montevideo lo hacía hábil también en mecánica. Entusiasta participaba de todo lo que le gustaba, escribía poesías, hacia colaboraciones para revistas como La Revista y La Reforma, donde fue puliendo su estilo, trabajaba, estudiaba y hacía ciclismo. Cobró una herencia y se fue a Europa. Su viaje no fue lo que esperaba, y volvió en bancarrota, pero habiendo participado de la vida intelectual francesa, conoció a los grandes del modernismo en el esplendor del movimiento. Junto con amigos de Montevideo formaron el Consistorio del Gay Saber, una sociedad literaria, inspirada en los poetas provenzales – de breve vida pero muy fértil, siendo el centro de reunión de muchos pensadores y escritores de principio de siglo – que funcionaba en la habitación de la pensión en la que vivía junto a su amigo Julio Jauretche.
Ya desde joven mostraba interés en la literatura, la fotografía, la filosofía y la vida de campo. Su formación en el Instituto Politécnico de Montevideo lo hacía hábil también en mecánica. Entusiasta participaba de todo lo que le gustaba, escribía poesías, hacia colaboraciones para revistas como La Revista y La Reforma, donde fue puliendo su estilo, trabajaba, estudiaba y hacía ciclismo. Cobró una herencia y se fue a Europa. Su viaje no fue lo que esperaba, y volvió en bancarrota, pero habiendo participado de la vida intelectual francesa, conoció a los grandes del modernismo en el esplendor del movimiento. Junto con amigos de Montevideo formaron el Consistorio del Gay Saber, una sociedad literaria, inspirada en los poetas provenzales – de breve vida pero muy fértil, siendo el centro de reunión de muchos pensadores y escritores de principio de siglo – que funcionaba en la habitación de la pensión en la que vivía junto a su amigo Julio Jauretche.
Luego de la muerte de Ferrando viajo a Buenos
Aires, donde vivió en la casa de su hermana María y su cuñado lo encaminó en la
pedagogía. Trabajo en el Colegio
Nacional Buenos Aires y el Colegio Británico de Buenos Aires. Se perfeccionó como fotógrafo. Conoció a Leopoldo Lugones. Viajó a
Misiones. Junto con un amigo uruguayo compraron
una chacra de ciento ochenta y cinco hectáreas en las orillas del Alto Paraná. Se casó por primera vez y se fue a vivir a
Misiones. Dictó clases de literatura y
castellano. Fue nombrado Juez de Paz de
San Ignacio. Viudo y con dos hijos, sus
amigos le consiguieron un puesto en el Consulado General uruguayo en Buenos
Aires. Tuvo su etapa literaria más
prolífica. Fundó otra sociedad literaria,
la Agrupación Anaconda, que funcionó en las dos orillas del plata. Se volvió a casar. Volvió a la Selva. Perdió su empleo en el consulado, se separó
de su mujer y enfermó. Tuvo que tratarse
en la ciudad de Posadas, de donde lo derivaron al Hospital de Clínicas de
Buenos Aires.
Intensamente como toda su obra, fue su vida. De
su frustrado viaje a Paris, surgió el Diario de Viaje a París. De sus amores fallidos, Historia de un
Amor Turbio, Las Sacrificadas – única obra de teatro, en realidad los
tituló cuatro cuentos escénicos – Pasado Amor, y algunos cuentos. De su viaje con Lugones, El Crimen de
Otro, Los Perseguidos. Y de su vida
en la selva, muchos, pero destacamos, Cuentos de Amor de Locura y de Muerte,
Cuentos de la Selva – dedicado a sus hijos – y El Salvaje.
Es conocido también por su Decálogo del Perfecto
Cuentista, enfocado a los escritores nóveles, en el cual les propone que
respeten un estrlo económico y preciso, con pocos adjetivos, una redacción
sencilla, y de clara expresión. Cosas
que como modernista, el no respeto. Pero
no obsta que los consejos no sean buenos para los que recién empiezan.
OBRAS
Diario de viaje a París (Testimonio y observaciones, Ed.
Páginas de Espuma, Montevideo, 1900)
Los arrecifes de coral (Prosa y verso, El Siglo Ilustrado,
Montevideo, 1901)
El crimen del otro (Cuentos, Ed. Emilio Spinelli, Buenos Aires,
1904)
Los perseguidos (Relato, Ed. Arnaldo Moen y Hno., Buenos
Aires, 1905)
Historia de un amor turbio (Novela, Ed. Arnaldo Moen y Hno.,
Buenos Aires, 1908)
Cuentos de amor de locura y de muerte (Cuentos, Soc. Coop. Editorial
Ltda., Buenos Aires, 1917)
Cuentos de la selva (Cuentos infantiles, Soc. Coop. Editorial
Ltda., Buenos Aires, 1918)
El salvaje (Cuentos, Soc. Coop. Editorial Ltda., Buenos
Aires, 1920)
Las sacrificadas (Cuentos escénicos en cuatro actos, Soc. Coop.
Editorial Ltda., Buenos Aires, 1920)
El hombre muerto (cuento), Diario porteño La Nación, Buenos
Aires, 1920)
Anaconda (Cuentos, Agencia Gral. de Librería y
Publicaciones, Buenos Aires, 1921)
El desierto (Cuentos, Ed. Babel, Buenos Aires, 1924)
Los desterrados (Cuentos, Ed. Babel, Buenos Aires, 1926)
Pasado amor (Novela, Ed. Babel, Buenos Aires, 1929)
Suelo natal (Cuentos, Ed. Crespillo, Buenos Aires, 1931)
Más allá (Cuentos, Soc. Amigos del Libro Rioplatense,
Buenos Aires - Montevideo, 1935
Fuente
Wikipedia / Horacio Quiroga
Escritores.Org
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