lunes, 22 de junio de 2020

El Kamishibai


El Kamishibai, o TEATRO DE PAPEL, es una forma de narración de cuentos que surgió en los templos budistas del siglo XII y cobró auge en Japón entre 1920 y 1940, y que se expande al resto del mundo desde finales del siglo XX.

Para los monjes era una herramienta para transmitir enseñanzas morales, que consistía en pergaminos con dibujos y textos, llamados emaki, que facilitaban el entendimiento entre un publico que mayoritariamente no sabía leer ni escribir.

En la depresión económica sufrida en el país oriental durante la década del 20 – del siglo pasado – consistió en una forma de ganar dinero entre los que no encontraban empleo.  Los narradores o gaito kamishibaiya recorrían los pueblos en bicicleta, llevando con ellos su butai, el escenario de madera que soporta las láminas que grafican el cuento y las golosinas que vendían a los niños que escuchaban sus relatos, dado que estos eran gratuitos.  Para llamar la atención, y convocar a su audiencia, el gaito kamishibaiya hacía sonar un hyoshigi, dos pedazos de madera unidos por una cuerda.  Las historias se transformaron entonces en relatos para niños, que se contaban en episodios, lo que permitía visitar (y vender las golosinas) varias veces un mismo pueblo.

El Kamishibai es un relato que se construye con el público, si bien la historia ya está escrita y dibujada, la inclusión del público se establece cuando el narrador sugiere preguntas sobre los posibles caminos que podría tomar el cuento o sobre las incógnitas que este presenta, y cuando estimula la participación activa de los oyentes para que manifiesten distintos estados anímicos.

El Kamishibai es así, un cuento dialogado.

Un buen ejemplo de esto es BRUNO QUIERE JUGAR, de Monica Alvaro y Ana Callejas, interpretado por Judith Jaso del taller de Kamishibai de C.P. San Juan de la Cadena.



La lectura se realiza colocando las láminas ordenadas de acuerdo a su momento de aparición, en un soporte de tres caras, que constituye el escenario.  El dibujo de la lámina se muestra al  auditorio, mientras que el narrador ubicado por detrás del teatrito, lee los textos escritos en el envés de la lámina.  Normalmente los relatos se desarrollan con diez o quince láminas, en donde la última contiene los textos que corresponden a la primera, en tanto que la primera contiene en su dorso, los textos que corresponden a la segunda y así sucesivamente, de manera que cada lámina que se quita, se vuelve a incluir al final de la serie.

Además del texto, el dorso de la lámina, contiene anotaciones y detalles técnicos que le interesan al narrador y una pequeña viñeta, similar a la que el espectador está viendo.

Las láminas se revelan lentamente, permitiendo ocultar algunos dibujos o parte de ellos, momento en el cual el narrador, realiza las preguntas.

En la época del resurgimiento del kamishibai, las medidas de las láminas eran de 38,0 x 26,3 cm, hoy se construyen para tamaños A3 o A4

La narración puede estar acompañada por música – ya en esta época, grabada o en vivo –

El escenario es plegable, y se transforma en una valija, lo que permite ser fácilmente transportado, por ejemplo, en una bicicleta.

Valeria Pardini relata "Azúcar y Sal" un cuento tradicional griego


En plena era digital, un instrumento tan analógico como este, no deja de ser revolucionario, ya que remite a lo mágico de lo artesanal. En este sentido se lo ha vuelto a utilizar en el campo de la pedagogía, tal como lo hacían los monjes budistas, pero también para todo tipo de presentación en la que se quiera llamar la atención, ya que bien utilizado, es garantía de éxito.

Para quienes se animen, les dejo un tutorial para hacerse un butai casero con cartones.


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Fuentes:
Wikipedia Kamishibai

Club Argentino de Kamishibai

Asociación Amigos del Kamishibai de Navarra

MinilandChannel en YOUTUBE – ¿Qué es el Kamishibai?

Sieteleguas Kamishibai Universe – Siete cosas que deberías saber sobre el kamishibai y su utilización.

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