imagen recuperada de https://cpsanjuandelacadena.educacion.navarra.es/web/historia-de-kamishibai-su-inicio/ |
El Kamishibai, o TEATRO DE PAPEL, es una forma de
narración de cuentos que surgió en los templos budistas del siglo XII y cobró auge
en Japón entre 1920 y 1940, y que se expande al resto del mundo desde finales del
siglo XX.
Para los monjes era una herramienta para
transmitir enseñanzas morales, que consistía en pergaminos con dibujos y textos,
llamados emaki, que facilitaban el entendimiento entre un publico
que mayoritariamente no sabía leer ni escribir.
En la depresión económica sufrida en el país oriental
durante la década del 20 – del siglo pasado – consistió en una forma de ganar
dinero entre los que no encontraban empleo.
Los narradores o gaito kamishibaiya recorrían los pueblos en bicicleta, llevando con ellos su butai,
el escenario de madera que soporta las láminas que grafican el cuento y las
golosinas que vendían a los niños que escuchaban sus relatos, dado que estos eran
gratuitos. Para llamar la atención, y
convocar a su audiencia, el gaito kamishibaiya hacía sonar un hyoshigi,
dos pedazos de madera unidos por una cuerda.
Las historias se transformaron entonces en relatos para niños, que se
contaban en episodios, lo que permitía visitar (y vender las golosinas) varias
veces un mismo pueblo.
El Kamishibai es un relato que se construye con el
público, si bien la historia ya está escrita y dibujada, la inclusión del
público se establece cuando el narrador sugiere preguntas sobre los posibles
caminos que podría tomar el cuento o sobre las incógnitas que este presenta, y cuando
estimula la participación activa de los oyentes para que manifiesten distintos
estados anímicos.
El Kamishibai es así, un cuento dialogado.
Un buen ejemplo de esto es BRUNO QUIERE JUGAR, de Monica Alvaro y Ana Callejas, interpretado por Judith Jaso del taller de Kamishibai de C.P. San Juan de la Cadena.
La lectura se realiza colocando las láminas
ordenadas de acuerdo a su momento de aparición, en un soporte de tres caras, que
constituye el escenario. El dibujo de la
lámina se muestra al auditorio, mientras
que el narrador ubicado por detrás del teatrito, lee los textos escritos en el
envés de la lámina. Normalmente los
relatos se desarrollan con diez o quince láminas, en donde la última contiene los
textos que corresponden a la primera, en tanto que la primera contiene en su
dorso, los textos que corresponden a la segunda y así sucesivamente, de manera
que cada lámina que se quita, se vuelve a incluir al final de la serie.
Además del texto, el dorso de la lámina, contiene
anotaciones y detalles técnicos que le interesan al narrador y una pequeña
viñeta, similar a la que el espectador está viendo.
Las láminas se revelan lentamente, permitiendo
ocultar algunos dibujos o parte de ellos, momento en el cual el narrador, realiza
las preguntas.
En la época
del resurgimiento del kamishibai, las medidas de las láminas eran de 38,0 x 26,3
cm, hoy se construyen para tamaños A3 o A4
La narración puede estar acompañada por música – ya
en esta época, grabada o en vivo –
El escenario es plegable, y se transforma en una valija,
lo que permite ser fácilmente transportado, por ejemplo, en una bicicleta.
En plena era
digital, un instrumento tan analógico como este, no deja de ser revolucionario,
ya que remite a lo mágico de lo artesanal. En este sentido se lo ha vuelto a utilizar
en el campo de la pedagogía, tal como lo hacían los monjes budistas, pero también
para todo tipo de presentación en la que se quiera llamar la atención, ya que
bien utilizado, es garantía de éxito.
Para quienes se animen, les dejo un tutorial para hacerse un butai casero con cartones.
.
Fuentes:
Wikipedia Kamishibai
Club Argentino de Kamishibai
Asociación Amigos del Kamishibai de Navarra
MinilandChannel en YOUTUBE – ¿Qué es el Kamishibai?
Sieteleguas Kamishibai Universe – Siete cosas que
deberías saber sobre el kamishibai y su utilización.
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