A la hora de llevar adelante
una obra de teatro, cada Director necesitará establecer un plan para concretarla
y una estrategia para comunicarlo. Este
plan dependerá de varios factores, entre
los que no está ajeno, el punto de partida.
Hemos hablado sin profundizarlo, en el artículo concerniente a “Los Roles en las Compañías de Teatro” de los
distintos lugares que el Director puede ocupar, dependiendo de la contratación
o las necesidades del grupo al que va a dirigir.
Cuando decimos punto de
partida, estamos hablando de si el grupo está conformado o no; si la obra esta
elegida o debe elegirse; si la obra está escrita o se escribirá durante el
proceso de ensayos; o si hay que trabajar de acuerdo a una premisa previa.
Si el grupo no está conformado
previamente, estamos hablando de un proyecto que se inicia en la persona del Director,
o en el de un Productor que busca a un Director. Es probable que alguno de estos tenga una idea
que quiera plasmar o se haya enamorado de un texto que quiere llevar a la
escena. En este caso el Plan, tendrá en
cuenta las necesidades del grupo a conformar: convocatorias a los distintos
artistas, procesos de castings, etc.
Cuando el grupo está
conformado, y convocan a un Director, se deberá incluir en la concepción del
Plan, las necesidades de dicho grupo, y revisar si este está completo para
llevar adelante lo que se propone, o habrá que solucionar las carencias. De todas maneras es conveniente siempre
acordar las condiciones en que se llevarán adelante todas las actividades.
Si la obra esta elegida
previamente, será importante saber si se cuenta con la debida autorización del autor
para llevarla a cabo, y cómo se financiaría el proyecto. Recordemos que el conjunto de recursos de los
que puede disponer un grupo, no se agota en el dinero del que puedan contar. Hay muchas cosas que se consiguen, se
reciclan, se negocian, o se prestan.
Si la obra no está elegida
todavía, entonces habrá primero un proceso de búsqueda y selección y es posible
que durante el tránsito de este proceso, hasta se modifique el grupo. Con lo cual empezamos a ver qué tan complejo
puede ser este Plan y la necesidad de dividirlo en tramos, que puedan ser revisables
y replanificables. Para este proceso de
búsqueda y selección de la obra, se deberá definir qué se busca, en cuanto a
cantidad de personajes, estilo de obra, temas, etc, y quiénes serán esos
responsables de la búsqueda, en dónde se buscará y quién lo hará en cada lugar,
establecer un tiempo de entrega de la tarea y/o monitorear con alguna
frecuencia estipulada, el avance del proceso.
A veces se tiene una idea de
lo que se quiere hacer, o existe una premisa sobre la que trabajar, por ejemplo
para participar de un evento; pero el texto todavía no ha sido escrito, o ya
está escrito pero hay que hacer una adaptación, para lo cual será necesaria la
participación de un dramaturgo. Este puede ya estar involucrado en el grupo, o
habrá que buscarlo, o será el mismo Director que se haga cargo del rol.
Vayamos al caso en que el
grupo ya está conformado, la obra escrita y elegida.
El Director comenzará por
realizar un análisis de la obra, con el objeto de abordarla y hacerla
propia. Desde este blog recomendamos que
el análisis se haga por lo menos con “El Método del Análisis Estructural” (en algún momento publicaremos otros, pero
este es lo suficientemente bueno). Con
su análisis hecho, estará en condiciones de explicar y defender, de qué trata
la obra, - qué pasa y cómo pasa - esbozando una sinopsis, y tener bocetados los perfiles de los
personajes para discutirlos con los actores que vayan a interpretarlos, teniendo
presentes sus superobjetivos.
No es necesario que tenga una
idea completa de cada cosa, no se espera que tenga todas las respuestas. Pero si tiene que ser claro con lo que quiere
transmitir, definiendo la “Materialidad”. Es probable (y muy saludable) que la devolución
por parte del Talento y el Crew respecto de sus propuestas, potencien y
terminen de definir su concepción final.
La “Materialidad” es la forma
en que finalmente la idea del Director sobre la obra, se expresa en el
escenario – incluyendo todos los niveles del entorno – a través de los
lenguajes no verbales.
La “enunciación de la materialidad” se hace mediante la definición de una
frase, que no intenta reflejar un concepto intelectual acerca de la obra, sino
sensorial. La frase debe ser elaborada
de manera que permita la concepción de imágenes sinestésicas. Sirve de referente para que el resto del
equipo incluyendo a los actores, se inspiren para lograr esa construcción. (El cuerpo del actor es la materialidad más
codiciada).
Si dijéramos que la obra
transcurre en “un leve laberinto lábil”, la frase nos ofrece ideas que podrían
asociarse a: búsqueda, encierro, complejidad, confusión, fragilidad, inestabilidad,
cosas efímeras, una paleta de colores fríos, etc.
No alcanza entonces, con pretender
transmitir el texto crudo de la obra, y que la idea de lo que se quiere decir
con la puesta aparezca durante el proceso, ya que un buen texto siempre tiene posibilidades
de ser resignificado, inclusive sin cambiar ninguna de las palabras escritas
por el autor. No teniendo en claro esto,
se corre el riesgo de estar a la deriva respecto del concepto a transmitir, posibilitando
una puesta que se contradiga a sí misma.
Las resignificaciones en estos
casos se dan por las acciones que acompañan a los actores al decir sus
réplicas, la construcción de las relaciones entre los personajes que también se
expresan por las acciones que estos realizan cuando interactúan entre sí, y al
resto de los lenguajes que atraviesan a la puesta en escena (escenografía,
vestuario, luces, etc.).
Cuando la enunciación de la
materialidad es fuerte, guiará a todos en la concepción y construcción de sus trabajos.
Y este hecho impactará en la necesidad, o no, de la presencia del resto del equipo a todos,
o a solo algunos de los ensayos con los actores.
Ahora que el Director, sabe lo
que quiere y necesita, es hora de pensar con respecto a los actores, en la definición
del “Plan de Ensayos”: lugar, duración,
frecuencia, horizonte de estreno, quiénes deben asistir en qué momento, si
habrá o no un trabajo previo antes de zambullirse en la obra propiamente dicha. Con respecto a la producción y al equipo: revisar
”Presupuestos”, y estableciendo un “PERT”, coordinar tiempos de entrega de los materiales críticos que se
necesitarán para ensayar – es muy difícil plantear una coreografía, sin la
música con la que se bailará, por ejemplo – plantear las reuniones de avances, las
pruebas, evaluarlas. También armar su
equipo con sus asistentes, detallarles su tarea, compartiendo el “Plan de
Ensayos” y el “PERT”), etc.
Saber cuál es el plan
comercial, aunque no haya expectativas de lucro, puede influir en algunas
definiciones. Por ejemplo si se pretende
ir de gira, podría cambiarse la concepción escenográfica.
Si la puesta debe ser al aire
libre en un espacio abierto, seguramente haya que empezar de nuevo en las búsquedas
de la materialidad, ya que iluminación y sonido cambian completamente sus
parámetros con respecto a las salas teatrales.
Si la obra está enfocada a un
público determinado o el proyecto pretende alcanzar determinados objetivos, constituyen
limitaciones que exigen más de nuestra creatividad como Directores y que nos
llevará a investigar lo desconocido para afrontar la experiencia.
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