miércoles, 6 de junio de 2018

Efemerides - MARTIN ESSLIN - Centenario de su Nacimiento


Julius Pereszlenyi (tal el verdadero nombre de Martin Julius Esslin), nace en Budapest el 6 de junio de 1918, en el seno de una familia judía.  Pasa su infancia y adolescencia en Viena, de donde huye a Gran Bretaña cuando en 1938 los alemanes anexan Austria al Tercer Reich.  


Trabaja como productor, traductor, periodista, autor y crítico teatral.  En 1961 escribe un ensayo intentando explicar la corriente teatral que se representaba en ese momento, a la que llamó “Teatro del Absurdo”, en referencia a la angustia metafísica, originada por el absurdo de la condición humana, tema que de alguna manera, abordaban en sus obras los principales exponentes de la época: Beckett, Adamov, Ionesco, Genet, Arrabal, Pinter, Albee, Gatti, etc. 

Desde 1963 a 1977 dirige la sección de teatro radiofónico del servicio exterior europeo.  Y tras abandonar la BBC, se traslada a USA donde dicta clases principalmente en la Universidad de Stanford pero también fuera de ella dicta seminarios y conferencias.

Fallece el 24 de febrero de 2002.

Su Teatro del Absurdo alcanza gran repercusión al afirmar que

 “El Teatro del Absurdo consiste en expresar el sentido del sinsentido de la condición humana, así como lo inútil del pensamiento racional proponiendo un abandono absoluto de la razón”. 

Y vuelve a escribir en 1970 que

“Habiendo forjado por forjar una – la expresión de Teatro del Absurdo, nunca sé, cuando la veo citada en un diario o en un libro, si debo serle fiel o taparme la cara de vergüenza; porque lo que yo consideraba un concepto genérico, una hipótesis de trabajo, destinada a comprender un gran número de fenómenos tan variados como difíciles de aprehender, se transformó para muchos -entre ellos los críticos teatrales- en una realidad tan concreta y específica como un sello".

Lo cierto es que la expresión se continúa usando porque no hay otra que lo defina mejor y las observaciones que manifestaba en su ensayo fueron tan precisas que continua siendo fuente en la que los teatristas abrevan cuando intentan echar luz sobre quizás el que sea el último género teatral reconocido hasta el momento.

Inicia su explicación abordando las acepciones del concepto “absurdo”, que según el diccionario quiere decir sin armonía.  Sin armonía con la razón, incongruente, no razonable, ilógico.  Y en el lenguaje corriente, “ridículo”.  Ionesco en un ensayo sobre Kafka, redefine el término: “Absurdo es lo desprovisto de propósito… Separado de sus raíces religiosas, metafísicas y trascendentales, el hombre está perdido, todas sus acciones se transforman en algo falto de sentido, absurdo, inútil”.

Resalta que otros autores, como Anouilh, Sartre, Camus, entre otros, han abordado los mismos temas – la falta de sentido de la vida, la devaluación de los ideales, la experiencia de la nada, la experiencia del fracaso – pero la han plasmado bajo las convenciones del teatro realista; “un razonamiento altamente lúcido y construido con toda lógica”. 

El teatro del Absurdo, en cambio, presenta la misma idea, pero poniendo de relieve lo inadecuado de los mecanismos racionales, abandonando las convenciones tradicionales y el racionamiento discursivo; trata de lograr una unidad entre sus posiciones básicas y la forma en que se expresan.

Ha renunciado a argüir sobre lo absurdo de la condición humana, limitándose a presentarlo en imágenes escénicas concretas.  Por otra parte, tiende hacia una radical devaluación del lenguaje, busca una poesía que ha de surgir de las imágenes concretas y objetivas del escenario.  El elemento lenguaje todavía juega un papel muy importante en su concepción, pero lo que ocurre en la escena trasciende, y a menudo contradice al diálogo.

Es una vuelta a viejas, incluso arcaicas, tradiciones. Su novedad reside en la combinación, en cierto modo insólita, de estos antecedentes: El Teatro Puro: Efectos escénicos abstractos, comunes de verse en el circo, las revistas, los prestidigitadores, acróbatas, toreros bufos, o mimos.  Y las Payasadas: Salidas cómicas, diálogos sin sentido, juegos de palabras, literatura onírica y fantástica, frecuentemente con intención alegórica. 

Y también representa una vuelta a la función religiosa original del teatro - el enfriamiento del hombre con la esfera de lo mítico y lo religioso. Como la antigua tragedia griega, los misterios medievales y las alegorías barrocas, el Teatro del Absurdo es un intento por hacer consciente al espectador de la precaria y misteriosa situación del hombre en el universo.

En resumen:
  • Si una pieza tradicional debe tener un argumento inteligentemente construido, las del Absurdo no tienen historia o argumento que referirnos.
  • Si a una obra tradicional se la juzga buena por la sutileza de sus caracteres y motivaciones, las del Absurdo se hallan a menudo desprovistas de personajes reconocibles y presentan ante el público muñecos mecánicos.
  • Si una obra tradicional debe tener un tema completamente explicable, ciertamente expuesto y finalmente solucionado, las del Absurdo a menudo no tienen ni principio ni fin.
  • Si una obra tradicional ha de ser espejo de la naturaleza y retrata las maneras y manierismos de la época en bellos y cuidados sketch, las del Absurdo a menudo parecen ser reflejos de sueños o pesadillas.
  • Si una obra tradicional se basa en ingeniosas réplicas y agudos diálogos, las del Absurdo no tienen más que cháchara incoherente.


Fuente
Wikipedia – Martin Esslin

Historia de los Medios y el Espectaculo – IUNA – Catedra de Isse Moyano
El Teatro del Absurdo

Canal A
Programa
Teatro del Mundo – Teatro del Absurdo

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